El instante en el que te abandonadas al sueño, es el instante de encontrarte con el inconsciente.
Has estado durmiendo todos los días, pero aún no has encarado el sueño.
No lo has visto: qué es, cómo llega, cómo te abandonas a él.
No sabes nada de él. Te has estado yendo a dormir cada noche y despertando del sueño cada mañana, pero nunca has percibido el instante en que llega el sueño, no has sentido lo que sucede. Prueba pues con este experimento y después, al cabo de tres meses, de repente, un día, te dormirás conscientemente.
Túmbate en tu cama, cierra tus ojos y entonces recuerda—¡recuerda!— que el sueño está llegando y que tú has de permanecer despierto cuando llegue.
Este ejercicio es muy difícil. El primer día no tendrás éxito, al día siguiente no tendrás éxito, pero si persistes cada día,—constantemente recordando que el sueño está llegando y que tú no vas a permitir que se presente sin que te des cuenta, que has de sentir cómo el sueño te invade, lo que es el sueño—entonces un día el sueño aparecerá y tú estarás aún despierto.
En ese mismo instante, tú te haces consciente de tu inconsciente. Y una vez te has vuelto consciente de tu inconsciente, nunca volverás a dormir.
El sueño estará allí, pero tú estarás despierto; en ti habrá un centro que seguirá percibiendo.
A tu alrededor habrá sueño y el centro seguirá percibiendo.
Cuando este centro percibe, los sueños son imposibles, y cuando los sueño son imposibles, los ensueños también son imposibles.
Entonces dormirás de un modo distinto; aparecerá una cualidad diferente debido a ese hallazgo.
OSHO
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