Él hablaba todos los días de a inmortalidad del alma.
Yo le pregunté:
-¿Te das cuenta de que te estás acercando a la muerte?
Él me respondió:
-No digas cosas de mal agüero. No es bueno hablar de esas cosas.
Yo le dije:
-Si una persona dice, por una parte, que el alma es inmortal, pero por otra parte le parece de mal agüero hablar de la muerte, entonces está confundiéndolo todo. No debe encontrar nada temible, ningún mal augurio, nada malo, en hablar de la muerte: pues, para él, no hay muerte.
-Aunque el alma es inmortal, yo prefiero no hablar de la muerte para nada –me dijo él-.
-¿Te das cuenta de que te estás acercando a la muerte?
Él me respondió:
-No digas cosas de mal agüero. No es bueno hablar de esas cosas.
Yo le dije:
-Si una persona dice, por una parte, que el alma es inmortal, pero por otra parte le parece de mal agüero hablar de la muerte, entonces está confundiéndolo todo. No debe encontrar nada temible, ningún mal augurio, nada malo, en hablar de la muerte: pues, para él, no hay muerte.
-Aunque el alma es inmortal, yo prefiero no hablar de la muerte para nada –me dijo él-.
No debemos hablar de cosas tan carentes de significado y tan amenazadoras.
Todos hacemos lo mismo: damos la espalda a la muerte y huimos de ella.
Todos hacemos lo mismo: damos la espalda a la muerte y huimos de ella.
Osho-"Aquí y Ahora"
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